El Perú ante el mundo
200 años de Cancillería
Esta exposición, realizada bajo la curaduría de Luis Eduardo Wuffarden, es una presentación de variados formatos y soportes de mapas, pinturas, documentos e imágenes que invitan a redescubrir el legado de esta institución Bicentenaria.
La conmemoración del Bicentenario de la Cancillería, el 3 de agosto del 2021, es un momento de balance histórico y de proyección para nuestra diplomacia. En la historia republicana, la Cancillería ha sido un actor definitorio de la integridad territorial, formador de la nacionalidad y portador de un sentido del Estado.
A lo largo de los siglos XIX y XX, la Cancillería contribuyó de modo determinante a proteger y asentar la soberanía del Perú y sus fronteras, desde las gestiones para el reconocimiento internacional del país independiente; la confirmación de la peruanidad de Tumbes, Jaén y Maynas; la negociación y fijación de las fronteras; la resistencia ante la injerencia de las grandes potencias decimonónicas; el retorno de Tacna; la defensa de las 200 millas; la negociación de paz con Ecuador; y, ya en el s. XXI, el fallo de La Haya, entre muchos otros capítulos.
De esta manera, la Cancillería ha contribuido a fijar los contornos de nuestra nacionalidad, para luego ubicar al Perú en el mundo como un país pacífico y cooperativo, sucesiva y simultáneamente americanista, latinoamericanista, andino, y al origen de esquemas de integración como la Comunidad Andina, la Comunidad Sudamericana de Naciones y la Alianza del Pacífico, así como de múltiples iniciativas regionales de concertación política, solución de crisis y defensa de la democracia.
La historia diplomática también muestra al Perú y a sus diplomáticos como protagonistas de esfuerzos multilaterales cruciales para el mundo como el régimen de los derechos humanos, el desarrollo sostenible, el derecho del mar y la lucha contra el cambio climático.
La Cancillería ha contribuido a forjar un sentido del Estado en el Perú. La sociedad peruana exige una Cancillería crecientemente inclusiva, atenta a la equidad de género, abierta a la diversidad cultural y lingüística peruana, para que sea un verdadero instrumento de formación de un Perú más próspero, justo, igualitario, diverso, creativo y democrático.